Sivienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde; desde las tres yo empezaría a ser dichoso. La compañía de un ser querido siempre es una gran alegría, somos afortunados con su mera presencia. 31. Pero si tú me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Para mí, tú serás único en el mundo. Para ti, yo seré único en
. 59 70 18 112 405 335 168 115